Who doesn’t like to cut loose and have a fun night full of live music and dancing? Just be careful who you end up partying with, because along the border, you might just end up dancing with the Devil himself…
In this episode of Weird Tales from El Paso, we take on one of the Borderland’s most chilling urban legends: The Devil’s dance at El Carrusel in Juarez, Mexico.
With countless versions of the tale spreading across the Southwest, we explore why this legend has endured for generations and ask the biggest question of all: did it really happen? So lace up your dancing shoes and step onto a dance floor where folklore and history blur into one unforgettable tale.
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Special Guest:
Dr. Meredith E. Abarca, Professor of Food Studies and Literature at The University of Texas at El Paso and former Vice President and President of the Texas Folklore Society.
Founder of El Paso Food Voices and host of the El Paso Food Voices Podcast.
Extra story gathering by Lia Gonzalez.
Show Notes:
Historical Images
Original Spanish Stories
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Es poco lo que te pueda decir y menos lo que me consta. Entonces yo estaba en la Preparatoria del Chamizal y debería haber tenido mas o menos 20 años. Todos los sábados salíamos un grupo de compañeros de “La Prepa” con el fin de divertidos y conocer muchachas. Frecuentábamos lugares como “The Place”, que fue el primer disco en Cd. Juárez, El K-4, La Antigua, La Casa Adame y algunos otros. El Carrusel y el Malibu eran para jóvenes de mayor edad. Por esa razón en muy pocas ocasiones asistí a ellos además de que los de La Prepa no éramos bien recibidos por escandalosos. Lo que recuerdo referente a el tema que hoy nos atañe hoy es muy poco lo que te pueda decir. Se comentaba que esa noche una joven, muy bonita, fue sacada a bailar por un joven igualmente de buen ver. Se decía que estando en la pista de pronto se escuchó un grito y la joven estaba totalmente arañada de su cara, el galán no volvió a verse dejando solo un fuerte olor a azufre.
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La primera vez que escuché esa leyenda urbana sería a principios de los años ochentas así que tendría yo entre ocho y diez años. La escuche a voz de una vecina que llegó al barrio unos seis años después que nosotros. Era una señora de aproximadamente 32 años madre soltera de dos (Beto y Graciela), y maestra de primaria de profesión. A “El Beto” le gustaba jugar conmigo a las canicas y aunque eran pocas la veces que me dejaban salir a jugar a la calle, de vez en cuando mi mamá salía por las tardes a platicar con las vecinas y enterarse de los chismes más recientes. Era cuando este niño se acercaba con sus canicas y me invitaba a una partida de “hoyito” mientras nuestras mamás compartían información.
En una de estas ocasiones fue cuando la maestra platicó la historia y juraba que ella fue testigo presencial de lo ocurrido, y a continuación se las comparto tal y como lo recuerdo. Por aquellos años existía un lugar de moda para esparcimiento, espectáculos y baile llamado El Malibú que tuvo su auge en Cd. Juárez en los años 70s y 80s, y al cual nuestra vecina visitaba con frecuencia.
Se ubicaba en la carretera panamericana en la curva de San Lorenzo, donde hoy se encuentra Soriana-Hipermart. Se dice, que una noche apareció en este lugar un hombre joven de entre 25 a 28 años extremadamente guapo, vestido de blanco (no se especifica qué tipo de ropa), alto, blanco, pelo rubio y ojos profundos. Mezclado entre la muchedumbre, de pronto sacaba a bailar a la muchacha más bonita de la concurrencia y ésta, deslumbrada con la belleza del joven y su penetrante mirada aceptaba la invitación sin vacilar. Después de unas cuantas canciones el adonis la devolvía a su mesa y al sentarse emocionada mira al suelo para ver con horror que el joven no tenía pies sino una pata de cabra y otra de gallo. El tipo agradecía galante que hubiese bailado con él, para luego dirigirse al baño de hombres al cual entraba, pero ya no salía.
Claro está, las hipótesis y la imaginación de la gente se dieron a rienda suelta, generalmente concordando que aquel personaje era el mismo demonio que quería divertirse y por ahí aprovechar para llevarse una que otra alma para sus dominios. Para aquellos que puedan estar leyendo estas líneas les puede parecer risorio tal leyenda, pero para un niño de menos de 10 años escuchar eso en el ocaso del día fue un suceso traumante y un par de noches de insomnio. Esto pasó mucho antes de que yo tuviera la edad para visitar este tipo de establecimientos. Pero muchos años después se oyó el rumor de que un acontecimiento parecido ocurrió en el Bandoleros lugar al que yo frecuentaba en mi juventud y que al escuchar tal rumor nunca más me volví a parar por ahí, por aquello de las malditas dudas de que patas de cabra quisiera llevarme. Fin.
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El Malibú era una disco- bar y estaba por San Lorenzo, en lo que es hoy el estacionamiento de Hipermart . Era un muchacho muy guapo que llegaba y sacaba a bailar a las muchachas, supuestamente se enamoraban inmediatamente de él, de repente empezaba a oler a azufre el ambiente y al voltear a verle los pies, tenía un pie de gallo y otro de cabra. Se decía que era el diablo.
Las muchachas que bailaban con él se quedaban como en trance. Cuando las regresaba a su mesa después de bailar, ellas lo seguían con la vista , lo veían entrar al baño y jamás salía. Entraban a buscarlo y no había nadie ahí. Eso era un relato que los papás usaban para que las hijas que salían mucho de noche a lugares, tuvieran precaucióne
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Una vez que me estaban cortando el cabello como a los 9 años me empieza a contar mi peluquera una historia sobre que había antes un bar llamado Carrusel donde iban las mujeres mas guapas junto con sus parejas, pero independientemente de eso había un hombre que destacaba mas, iba muy guapo y atraía muchas miradas. Este mismo hombre invitó a bailar a una mujer y pues la mujer bien contenta, bailaron un rato y de pronto le llegó un olor a azufre a la mujer, bajó su mirada y en donde se supone deberían de estar los pies del muchacho habían patas de cabra, de la impresión la mujer se desmaya y cuando recupera la consciencia nota que el hombre guapo con el que antes había bailado ya no estaba por ninguna parte, quizo preguntarle a las demás personas si habían notado algo raro y todos dijeron que nadie había olido el azufre ni que notasen algo raro en el hombre con el que bailó.
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La historia de la aparición del Diablo en un club de Ciudad Juárez es una de las leyendas urbanas más conocidas de la frontera. Se dice que ocurrió en los años 80 o 90 en una discoteca muy popular de la ciudad, aunque el nombre del lugar varía según la versión de la historia. La Noche del Diablo Cuenta la leyenda que una noche, en un club lleno de jóvenes disfrutando de la música y el baile, entró un hombre misterioso. Era alto, elegante y extremadamente atractivo. Su presencia causó sensación entre las mujeres, y muchas querían bailar con él. Tenía un porte distinguido y una sonrisa encantadora, pero había algo en su mirada que causaba inquietud.Una joven, impresionada por su galantería, comenzó a bailar con él. Todo parecía normal hasta que, en medio del baile, la chica miró hacia abajo y soltó un grito aterrador. Sus piernas temblaron al darse cuenta de que el apuesto hombre tenía patas de cabra en lugar de pies humanos.El pánico se apoderó del lugar. Algunos testigos dicen que el hombre rió de mLa historia de la aparición del Diablo en un club de Ciudad Juárez es una de las leyendas urbanas más conocidas de la frontera. Se dice que ocurrió en los años 80 o 90 en una discoteca muy popular de la ciudad, aunque el nombre del lugar varía según la versión de la historia. Cuenta la leyenda que una noche, en un club lleno de jóvenes disfrutando de la música y el baile, entró un hombre misterioso. Era alto, elegante y extremadamente atractivo. Su presencia causó sensación entre las mujeres, y muchas querían bailar con él. Tenía un porte distinguido y una sonrisa encantadora, pero había algo en su mirada que causaba inquietud. Una joven, impresionada por su galantería, comenzó a bailar con él. Todo parecía normal hasta que, en medio del baile, la chica miró hacia abajo y soltó un grito aterrador. Sus piernas temblaron al darse cuenta de que el apuesto hombre tenía patas de cabra en lugar de pies humanos. El pánico se apoderó del lugar. Algunos testigos dicen que el hombre rió de manera escalofriante antes de desaparecer en una nube de humo, dejando un fuerte olor a azufre. Otros aseguran que la chica se desmayó del susto y que cuando despertó estaba en estado de shock. Después de aquella noche, el club cerró por varios días, y muchas personas dejaron de frecuentar el lugar por temor. La historia se extendió rápidamente por Ciudad Juárez, alimentando el mito de que el Diablo había visitado la ciudad en busca de almas desprevenidas. Aunque nunca se confirmó oficialmente, hay quienes juran que esa noche fue real y que algunos asistentes al club jamás volvieron a ser los mismos.anera escalofriante antes de desaparecer en una nube de humo, dejando un fuerte olor a azufre. Otros aseguran que la chica se desmayó del susto y que cuando despertó estaba en estado de shock.Después de aquella noche, el club cerró por varios días, y muchas personas dejaron de frecuentar el lugar por temor. La historia se extendió rápidamente por Ciudad Juárez, alimentando el mito de que el Diablo había visitado la ciudad en busca de almas desprevenidas.Aunque nunca se confirmó oficialmente, hay quienes juran que esa noche fue real y que algunos asistentes al club jamás volvieron a ser los mismos.